Prometiste transformar
mis silencios
en canciones
mis ausencias
en sueños alcalzables
mis temores
en películas de risa.
Lo prometiste
sin que yo te lo pidiera.
Y ahora que conozco
el valor de tus promesas
añoro la estupidez
de los días de ignorancia
en los que vivía feliz
a un solo paso del abismo
sin siquiera darme cuenta.