miércoles, 6 de octubre de 2010

MAREA BAJA ( II )

  Si no leíste la primera parte la puedes encontrar aquí:  http://alexb-vo.blogspot.com/2010/09/marea-baja.html

Marea baja. Hoy camino sola. Quiero descubrir si el hombre de la torre sigue allí. Mis pasos, más apresurados que ayer, me van acercando. La vista se dirige a un punto, sólo a uno. Sólo hay uno que me interesa ¿Una sombra? puede ser; puede que todo haya sido una ilusión.
Miro entonces hacia la izquierda. No se ve ninguna isla en el horizonte, hay neblina, no cabe duda.

Siento como una punzada de desilusión me inunda antes de volverme de nuevo hacia la sombra. Y de repente algo se mueve. Entorno la mirada, enfoco. Allí está. Mi corazón rebota en su cueva. Lo que ondea es su ropaje, una especie de túnica oscura.

No sé si acercarme más o quedarme donde estoy.

Las olas acarician cálidamente mis pies que se han quedado inmóviles dejándose hundir en la arena.

Un pequeño destello se posa en mi cara. ¿Me está haciendo señales? Ahora tres pequeños destellos ¡Me está mandando un mensaje! ¿Qué me querrá decir? Ya no recuerdo ese lenguaje que aprendí cuando era niña.

No puedo contestar, en mi desnudez no llevo nada que brille. Busco entre la arena y encuentro una concha nacarada. Quizás eso sirva. La dirijo hacía el sol pero a penas un débil brillo se queda entre mis dedos.

Y en ese momento, una libélula dorada se posa sobre la palma de mi mano abierta, junto a la concha de nácar. Mueve lentamente sus alas. Parece estar bailando. Parece esperar algo de mí. ¡Sé mi mensajera! Vuela hacia él y dile que no se vaya, que volveré mañana con un pequeño espejo.