sábado, 4 de febrero de 2012

ALEJANDRA

Estoy en casa. Hoy es fiesta y no trabajo. Ayer fue uno de los peores días de mi vida y sin embargo dormí profundamente. Me miro al espejo: no hay ojeras, ni un rastro de haber llorado. Me preocupa, aunque sé que debería estar agradecida por ello. Pero no es más que un síntoma, un indicio de que mi cuerpo ya no es mi cuerpo. Hace tiempo que lo sospechaba. Otro síntoma es que en general, empieza a no corresponder  con su edad. Eso, que al principio me parecía una suerte increíble de lotería genética, cada vez se me hace más extraño. Si al menos se comportase acorde a cómo me siento. Pero no, va absolutamente por libre. Así que, cómo echar en cara a nadie que me encuentre sola; cómo transmitir que necesito un abrazo, si mientras mi alma llora, mi cuerpo se balancea dulcemente en un columpio.

Mirándome con detenimiento creo que la única parte que sigue siendo mía son los ojos. No los párpados, las cejas, ni las pestañas. Sólo el interior del ojo. Pero ¿quién se va a acercar lo suficiente para mirar ahí dentro? Además ya se encargaría la boca de desviar la atención.

Pienso que todo esto pudo empezar hace años, un día casi tan frio como hoy, en que paseaba buscando un encuadre atractivo para dibujar como ejercicio de clase. El estaba al final del puente. Me quedé mirando el desnudo de una mujer hecho a rotulador de punta seca, sujeto con una pinza a una especie de entramado de madera sobre un caballete, apoyado en el pretil de granito.

- ¿Ha visto señorita? Ahora esa figura trazada en papel ya es eterna.¿quiere usted ser eterna?

Sonreí, y decidí contestar siguiendo su tratamiento de usted aunque era evidente que apenas me sacaba unos años.
- ¿No me diga que se llama usted Dorian? – contesté.- ¿y qué hace en este sitio con todos estos dibujos? Esto no es la orilla del Sena, es el Puente de Segovia, por si no lo sabía. Abajo no hay agua, es una calle y aquí la gente, de vez en cuando, se suicida.

- No señorita, no me llamo Dorian,.... pero ¿ cómo puede estar tan segura de que abajo no hay agua si desde aquí no se ve? ... y no me ha contestado..... ¿quiere usted ser eterna?



(Fragmento del diario de Alejandra Bron. 3 de febrero)