jueves, 28 de octubre de 2010

REPARTO DE BIENES


                          Siento decírtelo, amor,
                          pero creo que la poesía
                          la puse siempre yo.
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viernes, 22 de octubre de 2010

MARTA


No es frecuente que Marta se examine ante el espejo desnuda, pero hoy se gira un poco de lado para ver mejor su cadera derecha. Y sus sospechas se confirman. Ahí está: un incipiente lunar. Lo vió hace unas semanas, pero en la prisa de la rutina diaria lo confundió con una pequeña rozadura. Lo palpa y ve que va a ser más bien grande, de tamaño algo menor que una lenteja, y ya empieza a mostrar un colorcito tostado que resalta sobre su piel tan blanca.

Marta no tiene muchos lunares. Uno en el dedo gordo del pie izquierdo, ese es el más antiguo. Sonríe al pensar que siempre le pareció muy sexy ese lunar. De él, tal vez por contacto, al cabo de mucho tiempo nació otro más pequeñito en el dedo de al lado.

Se mira de frente. A unos cinco centímetros del ombligo: el más oscuro, el más grande.
¡Un nuevo lunar! Suspira antes de pasar otra vez sus dedos sobre él; suspira y los ojos se le revelan más brillantes.

Cada vez que Marta se enamora, un nuevo lunar adorna su cuerpo.



la imagen es un cuadro de DUMA

miércoles, 20 de octubre de 2010

NO MÁS LÁGRIMAS

               

                            Nadie puede ser el dueño
                            de los mares del ensueño
                            y la flor del pensamiento
                            la deshoja el viento....

                                No más lágrimas

lunes, 18 de octubre de 2010

BESO SOBRE BESO

Beso sobre beso
mis labios un pincel
un lienzo expectante
tu piel.

Beso sobre beso
tu contorno
matizo
bordeo
defino
oscurezco
sombreo
ilumino.

Beso sobre beso
entre sonrisa y sonrisa
en mi alma
dibujo tu cuerpo
mientras mi boca
te besa
traviesa
y sin prisa.
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jueves, 14 de octubre de 2010

A ESTAS HORAS

A estas horas de otoño
en que la noche cabalga
por sorpresa en mi espalda
y un frío duro y seco me araña
insistente la piel,
con la vaga esperanza
de aportarle calor,
saco al borde de la ventana
de esta sala desierta,
un alma bajo cero
en el vacío inútil
del recuerdo de una imagen
de un futuro que nunca existió.

jueves, 7 de octubre de 2010

CASUALIDAD




" Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta "

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miércoles, 6 de octubre de 2010

MAREA BAJA ( II )

  Si no leíste la primera parte la puedes encontrar aquí:  http://alexb-vo.blogspot.com/2010/09/marea-baja.html

Marea baja. Hoy camino sola. Quiero descubrir si el hombre de la torre sigue allí. Mis pasos, más apresurados que ayer, me van acercando. La vista se dirige a un punto, sólo a uno. Sólo hay uno que me interesa ¿Una sombra? puede ser; puede que todo haya sido una ilusión.
Miro entonces hacia la izquierda. No se ve ninguna isla en el horizonte, hay neblina, no cabe duda.

Siento como una punzada de desilusión me inunda antes de volverme de nuevo hacia la sombra. Y de repente algo se mueve. Entorno la mirada, enfoco. Allí está. Mi corazón rebota en su cueva. Lo que ondea es su ropaje, una especie de túnica oscura.

No sé si acercarme más o quedarme donde estoy.

Las olas acarician cálidamente mis pies que se han quedado inmóviles dejándose hundir en la arena.

Un pequeño destello se posa en mi cara. ¿Me está haciendo señales? Ahora tres pequeños destellos ¡Me está mandando un mensaje! ¿Qué me querrá decir? Ya no recuerdo ese lenguaje que aprendí cuando era niña.

No puedo contestar, en mi desnudez no llevo nada que brille. Busco entre la arena y encuentro una concha nacarada. Quizás eso sirva. La dirijo hacía el sol pero a penas un débil brillo se queda entre mis dedos.

Y en ese momento, una libélula dorada se posa sobre la palma de mi mano abierta, junto a la concha de nácar. Mueve lentamente sus alas. Parece estar bailando. Parece esperar algo de mí. ¡Sé mi mensajera! Vuela hacia él y dile que no se vaya, que volveré mañana con un pequeño espejo.

domingo, 3 de octubre de 2010

DESEO ( revisión)

DESEO

Hay veces que alguien
detiene la gota
que iba a colmar el vaso.

Hay veces (pocas)
que una palabra
se vuelve una coartada
un gesto
el anuncio de refuerzos
y una mirada
el principio de una estrategia.

( hace poco fue una de esas veces)